martes, 5 de marzo de 2013

Obesos, ¿rinden menos en el trabajo?

Hoy me encontré con esta nota del períódico Reforma.

Rinden obesos hasta 50% menos

Por Verónica Gascón
Cd. de México México (05 marzo 2013).- La obesidad y los problemas que se derivan de esta condición pueden bajar el rendimiento de un trabajador hasta 50 por ciento y elevar las incapacidades laborales en 25 por ciento, advirtió Juan Pablo Rodríguez Sierra, director general del laboratorio Ysonut World Wide.
El experto explicó que la mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alimentos con alta densidad energética y bebidas con aporte calórico superior a los elementos nutritivos, así como el estrés, son factores que inciden en el incremento de los índices de obesidad y sobrepeso.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, elaborada por el Inegi, México tiene el primer lugar en obesidad y sobrepeso infantil y el segundo en adultos, situación en la que están 26 millones de personas.
Esta condición incrementa los índices de mortalidad que es 12 veces mayor en jóvenes de entre 25 y 35 años y la incapacidad laboral por padecimientos relacionados.
"Si una empresa paga 100 por ciento de una hora de un trabajador, va a tener una merma porque la persona con obesidad no se siente bien o falta. La idea es que se tome conciencia que hay mucho tiempo perdido que responde a un malestar", destacó en entrevista Rodríguez Sierra en entrevista.
Con base en información de la Organización Internacional del Trabajo, dijo que los empleados obesos tienen dos veces más probabilidades de ausentarse en el trabajo por complicaciones en la salud.
Esto genera pérdidas económicas para la persona, para la empresa y para las instituciones de salud que lo atienden.
Externó que personas con obesidad pueden llegar a tener problemas respiratorios y eso genera un mal descanso, lo que afecta el rendimiento.
Rodríguez Serra añadió que así como la empresa tiene baja productividad, el ingreso familiar también se ve mermado, ya que se generan gastos superiores de entre 22 y 34 por ciento por concepto de atención a la salud.
José Antonio Casemeiro, director médico de laboratorios Ysonut, mencionó que la iniciativa de introducir alimentos más sanos y eliminar comida chatarra en las escuelas es positiva pero limitada.
"Sin una educación detrás, sin explicarle a los niños qué comer y por qué, esto se queda cojo", señaló.
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Algunos datos que manejan en esta nota son irrefutables, como los datos estadísticos del INEGI:
"Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, elaborada por el Inegi, México tiene el primer lugar en obesidad y sobrepeso infantil y el segundo en adultos, situación en la que están 26 millones de personas".
También es cierto que la obesidad aumenta el riesgo de padecer enfermedades. Pero de ahí a afirmar que por ser gordo un trabajador puede ser más faltista que cualquier otra persona o menos productivo que sus pares hay una gran diferencia.


Como profesionista y mujer obesa, me parecen insultantes este tipo de generalizaciones. NUNCA VOY A DEFENDER EL ARGUMENTO DEL GORDO FELIZ-SANO, pues me queda claro que la obesidad en sí misma es una enfermedad, y yo ya no quiero padecerla. 

Pero tampoco estoy de acuerdo con lo que se dice aquí. Un mal descanso que al día siguiente te vuelve menos productivo puede llegar a tenerlo cualquier persona, hasta la más delgada, saludable y deportista del planeta. No creo tampoco que exista una relación directa entre ser faltista o  no ser productivo y ser obeso.

Conozco muchas personas flojas que evaden sus responsabilidades lo más que pueden y no son para nada obesas.

Yo nunca, NUNCA he faltado a mi trabajo. Obvio que me he enfermado y he requerido llegar tarde o irme temprano para ir al doctor, pues no soy un robot. Pero no es una constante. En los últimos tres años ha ocurrido en dos ocasiones.

También puedo decir que desde que yo llegué a la empresa donde trabajo, los resultados de mi área han mejorado en 150%, según consta en mi evaluación de desempeño.


Creo que la productividad laboral tiene que ver más con una cuestión de mentalidad, cultura y valores de cada persona.

Yo he aprendido que la obesidad también es el resultado de decisiones mal tomadas, falta de información y que el único responsable de seguir obeso o no, es el obeso mismo.

Pero también me queda claro que con los niveles de exigencia  profesional hoy en día, yo podría sostener que los trabajos actuales propician la obesidad, ya que no promueven el balance en la vida de los empleados.  

Exigen horas extra de trabajo, horas-nalga en la mayoría de los casos; no todas las oficinas cuentan con un gimnasio ni con un comedor, no digamos un servicio de comida balanceada. La rutina a la que estamos sometido también desencadena los malos hábitos alimenticios.

Volteen a su alrededor, ¿a cuántos compañeros de trabajo ven comiendo galletas o tomando jugos, refrescos o alguna bebida azucarada?

 Este tipo de generalizaciones son peligrosas. No dudo que exista uno que otro gerente de recursos humanos lo bastante influenciable que se deje llevar por lo que dice la nota, y más porque salió en el respetabilísimo diario Reforma. Y ni siquiera es cosa del periódico, la reportera cumple con su trabajo. Mi problema es obvio con el especialistas que hace tamañas aseveraciones tan simplistas.

lunes, 4 de marzo de 2013

Yogurt congelado, mi nuevo mejor amigo

El helado es otro de mis vicios. Antes de regresar a Weight Watchers, para mí era perfectamente válido cenar hasta medio litro de helado. Si era sabor galletas oreo, mucho mejor.

Helado de galletas Oreo, ocho puntos en cada bolita.
Ese delicioso helado es tan alto en valor en puntos plus, que, otra vez, no es difícil deducir cómo es que llegué a subir tanto de peso.

No he dejado de comer helado, pero ahora lo hago de vez en cuando, y de sabores más sencillos, como fresa o vainilla, que tienen muchos menos puntos plus que el de cookies and cream.

Y he encontrado un sustituto muy aceptable para mis cenas de helado: yogurt congelado. Casi como comer helado.

La marca que me gusta comer es Alpura en su versión clásica, porque, a diferencia de otros yogures, incluso de algunas marcas "light", no tiene almidón y sí tiene cultivos lácteos. También me gusta la versión deslactosada.

El de zarzamora es mi favorito y vale cuatro puntos plus, al igual que el de piña y coco, durazno, mango y manzana.  El yogurt natural vale únicamente dos puntos plus, y si le agrego fruta natural, pues el valor no aumenta.

El detalle  con el yogur natural es que aunque el sabor me gusta mucho, me inspira a ponerme creativa como para agregarle nueces, coco rallado, arándanos...hasta que los valores en puntos plus suben y suben. Por eso prefiero los yogures de sabores, no les agrego nada más porque ya saben rico y así tomo la porción de cuatro puntos y ya.

Aunque quisiera tomar como yogur a los helados tipo YogurtlandMoyo, estos no son un buen sustituto para el helado.  Un helado chico de 141 gramos Moyo tiene un valor de tres puntos plus, pero sólo tienen 3.2 gramos de proteína.

Una porción de sólo 83 gramos o 1/3 de taza sabor vainilla de Yogurtland tiene un valor de tres puntos plus y 3 gramos de proteína. El problema con estos helados es que las porciones son difíciles de calcular. Los vasos son muy grandes, por lo que difícilmente podría servirme sólo los 83 gramos que contempla la información nutrimental.

Otro punto a considerar es que me también me inspiran a ponerme creativa y agregarle toppings que suben el valor en puntos plus.

Y otro dato importante es que en el caso de Yogurtland, la porción de 83 gramos de helado sabor vainilla tiene 65 mg. de sodio y hay sabores como chocolate twiligth que puede tener hasta 95 mg de sodio. Así que el que no tengan grasa se vuelve irrelevante. Aunque son deliciosos y me encantan, también son helados que ahora como de vez en cuando.


Este blog no es auspiciado de ninguna manera por las marcas sobre las que aquí se opina o por Weight Watchers México. Los escritos representan únicamente la experiencia de la autora y no sustituyen una consulta con un profesional de la salud.