miércoles, 25 de junio de 2014

El que me digas gorda no me insulta, pero no deja de hacerme sentir mal

Yo no estoy a favor de la corrección política extrema. Tengo un sentido del humor muy negro y suelo ser sarcástica. Me gusta, además, que las cosas sean nombradas tal cual son: anciano, gordo, gorda, ciego, homosexual, indígena, señor, señora. Los diminutivos y los eufemismos me enferman.
Para mí es muy importante el uso claro de los palabras. De eso vivo.
No me molesta que me describan como una mujer de más de treinta, gorda. Porque eso es lo que soy. Estoy gorda. He sido obesa durante más de 10 años y desde hace unos cinco, he tocado la obesidad mórbida. He escuchado a muchas mujeres queriendo insultarse entre sí diciendo "parece señora, mira qué gorda".
La mayoría de las veces me da risa cuando alguien me quiere insultar diciéndome gorda. En lo primero que pienso es "y tú, idiota, porque no puedes pensar en un mejor insulto que eso".
Pero hoy sí me enojé. Ni siquiera estaba dirigido a mí, pero dio la casualidad de que yo estaba ahí cuando alguien dijo "Él es muy sangrón para comer. No quiere comer en ningún lugar donde haya gordas, porque le dan asco". A continuación, un coro de risas de hienas. Alrededor de tres hombres y tres mujeres.
La curiosidad me ganó y no pude evitar voltearlos a ver. Quería saber quiénes eran, porque además estaba en la oficina, un lugar que se supone es Great Place to Work (o sea, no se permiten las malas actitudes y el ambiente debe ser agradable). Estaban parados junto a mi lugar de trabajo.
En cuanto sintieron mi mirada, se quedaron callados. Y la mujer que había dicho lo del asco dijo con miedo "ay, mejor vámonos para acá", alguien más contestó "mejor empecemos la junta" y se metieron, por fin, a una sala de juntas.
Fue esa reacción la que me hizo enojar realmente. El que hubieran pensado que yo me daba por aludida y que se tenían que retirar porque me habían ofendido. Obvio me cayeron mal desde que empezaron a hablar, porque me estaban interrumpiendo con su escándalo.
La psicóloga me ha dicho que suelo proyectarme en lo que veo en la gente. Y no dudo que no me haya proyectado cuando sentí que se iban condescendientemente por que se habían apenado por haber usado gorda- asco en la misma oración junto a una mujer gorda. Fue la condescendencia lo que más me molestó, que crean que mi condición de gorda es insultante y que se atrevieran a pensar que alguien como ellos podía molestarme.
Yo no quiero que me traten con pinzas y entre algodones porque soy mujer y estoy gorda. Sé que tengo un problema, una enfermedad progresiva y que puede ser mortal. Pero no deja de inquietarme que haya gente que me considere "asquerosa".

1 comentario:

  1. BEa, te había posteado un comentario,
    vuelve, me encantó cómo escribes, de todas formas dónde quiera que estés que seas muy feliz, hoy y siempre.♥

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