lunes, 21 de octubre de 2013

Errores al querer bajar de peso: comer cereal de caja

En la más reciente reunión de Weight Watchers a la que fui, un muchacho comentó que él, a las dos horas de haber cenado, ya tiene mucha hambre otra vez y no puede evitar buscar algo en refrigerador para picar, aunque sea una rebanada de jamón.

Esto lo angustia y siente que entorpece su meta para perder peso. ¿Y qué es lo que él cena? ¡Cereal con leche! una de las peores cenas y también desayuno que podemos comer.

Sé que la publicidad nos bombardea diciendo que tal cereal nos ayudará a bajar de peso si lo comemos por la mañana y por la noche, pero eso no taaan cierto.

Sabemos ahora que el cereal de caja tiene mucha azúcar, cualquiera, en cualquier presentación. Hasta el famoso Special K tiene más azúcar que los Corn Flakes normalitos.

Y el azúcar lo único que nos hace, es producirnos más apetito. La leche también tiene azúcar en forma de lactosa, aunque sea light.  La deslactosada debe tener menos azúcar obviamente, pero no sé porque como yo no la consumo, no he investigado. La fruta tiene  azúcar en forma de fructosa. En suma cereal+leche+fruta es haaarta azúcar. Claro que también va un poco de fibra y proteína, pero no tanto para mantenernos saciados hasta la mañana siguiente. Por eso mi compañero necesita comer otra cosa. No tiene ansiedad. Tiene hambre.

No sé porqué la gente tiene tan arraigada la creencia de que el cereal de caja es saludable. Siempre que he querido comentar lo del azúcar en los cereales de caja en la oficina, todo mundo me contesta, "pero yo sólo como Special K o All Bran, esos son buenos". Imagino que me descalifican porque, como me ven gorda, ps no tengo calidad moral para opinar.

En serio, si quieren bajar de peso, dejen de comer cereal de caja. No lo digo yo, sino un montón de especialistas.

Aún así, hay especialistas que pueden equivocarse. Creo que este ejemplo ya se los había contado, pero aquí va otra vez.

Una nutrióloga una vez me dio un plan de alimentación en el que, como desayuno, podía comer 1 taza de Special K con leche y fruta, a media mañana una fruta o un jugo Jumex light, en la comida arroz al vapor y alguna carne magra y verduras y del resto no me acuerdo.

Una amiga, que iba a la misma nutrióloga al mismo tiempo que yo, se tomaba el jugo como colación. Yo, por ahorrativa, comía manzanas o peras. Yo sí lograba bajar, ella no. Supongo que al final, la manzana tiene menos azúcar y obvio, fibra, cosa que el jugo no.

Ahora me doy cuenta de que nuestro plan de alimentación estaba lleno de azúcar. La porción de cereal es 1/4 de taza. 1 taza son cuatro porciones. Cada porción tiene 17 gramos de azúcar. O sea, me estaba metiendo a la boca unos 68 gramos de azúcar, sin contar la lactosa y la fructosa.

¿Qué nos recomendaron en Weight Watchers? cenar con un poco de proteína e incluir vegetales. Sí, vegetales. Ni modo. Hay que comerlos.

De ejemplo,  pusieron dos tortillas de nopal con un poco de queso y hongos o flor de calabaza. Yo he estado cenando esas dos tortillas de nopal con el queso y una untada de frijoles, más lechuga, jitomate y cebolla. Y me ha ido bastante bien.

Ustedes busquen la opción que más les guste, pero en serio, traten de evitar los cereales de caja, al menos para comerlos diariamente.

viernes, 11 de octubre de 2013

La báscula no miente, pero no lo es todo


En mi casa no hay báscula. Hace muchos años me entró una obsesión tan grande por saber cuánto pesaba, no cada día, sino prácticamente después de comer, de tomar agua, de ir al baño...

Obvio era una tortura, así que la báscula tuvo que irse y desde entonces decidí que sólo me pesaría
cuando fuera al doctor, nutriólogo, etc.

Sin embargo, la tortura siguió. Y así cada vez que me pesaba veía cómo la aguja cada vez marcaba una cantidad más grande. Y ahí iba yo otra vez a hacer dieta de pechuga y lechuga, a tomar y comer cuanta cosa me dijeran que era buena para bajar de peso.

Entre las cosas que hice se encuentra el sólo comer manzanas y tomar agua mineral durante una semana, hacer la "dieta de la luna", comer sólo sopa de verduras...y obvio bajaba de peso, para volver a comer igual que antes y volver a subir lo bajado y unos kilos más y así hasta llegar al punto en el que estaba hace unos meses.

Hasta hace unos días, me pesaba en tres lugares diferentes: con la psicóloga, en mis reuniones de
Weight Watchers y en el gimnasio (¡Ya llevo seis semanas en el gimnasio!).

Y en todas peso diferente. La báscula que utiliza la psicóloga mide los niveles de grasa y descuenta
kilos por la ropa, mientras que la del gimnasio y la de WW no la descuentan, además de que la
primera es mecánica y la segunda es electrónica.

Después de mis breves vacaciones oaxaqueñas, subí 2.600 gramos, de acuerdo con la báscula de WW. Me pesé un lunes a las 7 de la tarde, después de haber comido. Para el domingo siguiente, la báscula había marcado -3.800 kilos menos. El detalle es que me pesé por la mañana, en ayunas.

Al día siguiente, me pesaron y midieron en el gimnasio. Pesé -.600 gramos que un mes antes, medí un centímetro menos de todas partes y bajé 1% de mi porcentaje de grasa general. Me subí a la báscula a las 6:00 de la tarde, después de comer y tomar agua.

La psicóloga ha dejado de pesarme y medirme. Literal, me dijo que tengo que dejar de ver la báscula como si fuera mi verdugo o el juez que me da su aprobación o me condena, por lo que nos centraremos en el objetivo principal, que no es bajar de peso, sino
tener una buena salud.

Así que en eso trabajo ahora. En aprender a comer bien, encontrarle el gusto a hacer ejercicio, limpiar mi cabecita de las ideas que me atormentar. Encontrar un balance y bienestar en general.

Y la báscula no miente, pero no tiene toda la información sobre mí y sobre lo que estoy haciendo. Por lo tanto, creo que es injusto darle tanta importancia al grado de que sea mi mayor miedo o mi triunfo de la semana.

Y creo firmemente que la báscula irá registrando buenos resultados, pero como una suma de todos mis esfuerzos.