miércoles, 21 de agosto de 2013

Mis avances, varios meses después

La verdad es que no estoy bajando de peso. Recientemente me enteré del caso de una mujer que en enero pesaba lo mismo que yo cuando regresé a Weigth Watchers, también a inicios de este año .
Ella ya logró bajar 40 kilos y eso que es mamá de cuatro niños.

En el mismo tiempo, yo he bajado un total de DOS kilos.

Obviamente, la constancia de ella y su apego al programa han sido muy distintos. Yo lo dejé otra vez en febrero y regresé otra vez el 13 junio. En ese tiempo recuperé lo poco que había bajado, pero por lo menos no subí mas.

Pero una de las cosas que he aprendido en las últimas semanas y sigo aprendiendo, es a tratar de comprenderme y a no comparar mi proceso con el de los demás.
Aplaudo a la chica que logró bajar los 40 kilos, es un gran mérito,(aún le faltan unos cuantos, pero para mí, esos ya serían más que suficientes) pero también entiendo que mi historia y batalla contra la obesidad es distinta.
Lo que me ha llevado hasta este punto es la suma de la desinformación con las malas decisiones. Las depresiones, la vida laboral llena de stress, la vida sedentaria, la adicción a las harinas y azúcares y un poquito de genética...todo eso se me acumula en la enorme carga de 40 kilos de más.

Y aunque esta semana no bajé ni un gramo, no me siento frustrada ni enojada, porque estoy en el proceso de entender por qué hago las cosas: por qué voy y vuelvo, subo y bajo y vuelvo a subir y termino comiendo siempre aquello que me juro no volver a tocar.

Además, en estas dos semanas he logrado cosas que no creí posibles: me reconcilié con la sopa de verduras y con los pepinos y mi consumo diario de puntos es muy apegado a mi objetivo diario.

Terminé odiando la sopa de verduras, el consomé de pollo, el pollo hervido, el atún de lata con limón y a los pepinos debido a que por las dietas tan restrictivas que intenté durante años, era lo único que comía durante semanas.

El olor del pollo hirviéndose o del consomé de pollo caliente es algo que aún puede provocarme arcadas. Para mí, es simplemente asqueroso, y como la sopa de verduras es preparada con caldo de pollo, pues tampoco la comía.

Pero desde hace un par de semanas llevo comiendo sopa de verduras varios días consecutivos y no pasó nada. No vomité e incluso, últimamente ya la disfruto. Resulta que el sabor no es desagradable, como mi mente lo recordaba y que me ayuda a sentirme saciada durante más tiempo. Además, me ayuda a comer más verduras, lo que tengo que hacer porque mi médico dice que no bajo de peso porque no como verduras.

Hace ya un rato que cambié mi gustado sándwich de media mañana por verduras. Comencé con zanahorias, que es de los vegetales que más me gustan y además son prácticas para comer, porque no hay que pelarlas, sólo se lavan y ya. Y la verdad es que yo compro zanahorias baby listas para comer, lo que es aún más rápido y fácil.

Aún así, entiendo que es importante variar la comida, así que hace un par de semana decidí intentar con pepino. Me resistía porque NO SE ME ANTOJA por lo frío e insípido. Pero también estoy aprendiendo a comer lo que necesito y no únicamente por GUSTO y el pepino es algo que me hace bien, así que me lo metí a la boca, con un poco de chile piquín y ME ENCANTÓ. Así que pepino, perdóname por haberte abandonado, nunca más te voy a dejar ir.

 Y el  no comer más allá de mis 35 puntos diario es algo que es un paso muy grande para mí, porque hasta antes de estas semanas, siempre me pasaba entre cinco y 10 puntos diarios de lunes a viernes y batallaba horrores los fines de semana para hacer rendir lo poco que me quedaba de mi asignación semanal extra de 49 puntos. Obvio, por eso no bajaba e incluso algunas semanas subía unos gramos.

Así que no me angustio si la báscula no estuvo a mi favor esta semana. Me da gusto que haya quien baje de dos o tres kilos por sesión, pero ya acepté que quizá no será nunca mi caso. Cuando tomé la decisión de bajar de peso y dejar de ser obesa para siempre, sabía que me tomaría tiempo, y lo acepto.
Sé que tengo muchas lecciones por aprender y comprender y lo que me motiva a seguir es darme cuenta cómo sí voy cambiando poco a poco.

Por último, les comparto algo muy privado: lo que he estado comiendo los últimos tres días.
 
 


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