lunes, 2 de septiembre de 2013

La harina me hace caer

Maldita harina. Es mi criptonita. Puedo estar semanas sin comer nada de harina blanca y no hay problema. Sigo enfocada y apegada en el plan de alimentación, pero si llegó a meter aunque sea un pedacito de ese sabroso veneno, se desata en mí una especie de reacción en cadena que no puedo detener.

"Si sólo pruebo un poco de la cubierta y puedo parar, significará que por fin tengo el control de la comida..."

Una bola de nieve alimenticia me atrapa. Primero es un pan y al esto ya quiero galletas y luego un pan de dulce y luego un bolillo y así hasta que me vuelvo a subir a una báscula y me doy cuenta del daño hecho.
Siempre dicen que en una buena alimentación ningún alimento está prohibido, pero en mi caso comer pan blanco o algo preparado con harina blanca es algo que no puedo controlar, por lo que para mí, sí está prohibido.

Tan inofensivos que se ven....

 
Sí. No tengo control y me pongo como Lisa Simpson cuando come pastel. Aquí les dejo el capítulo completo, con el que yo siento que me robaron mi vida.
 


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